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Las mariposas son de los insectos más aclamados por el ser humano y es que el colorido de sus alas y su gracilidad al volar nos hipnotiza y deleita a partes iguales. Cuando las vemos deseamos en silencio que se posen sobre nosotros pues ese gesto lo consideramos una suerte de magia ¿No te ha pasado? Seguro que tienes recuerdos inolvidables sobre alguna experiencia con mariposas. El placer que sentimos cuando las vemos hacen que segreguemos una alta cantidad de endorfinas, dopamina, serotonina, y oxitocina lo que se traduce en: felicidad y bienestar. Además, reduce el estrés y mejora el proceso de aprendizaje, entre muchas bondades.

Las mariposas son criaturas increíbles: experimentan un proceso de transformación inmenso en su corta vida (huevo-larva-pupa y adulto); son capaces de viajar miles de kilómetros, y el único continente donde no habitan es en la antártida .Estamos hablando, concretamente, de la mariposa monarca. Sin embargo, a pesar de lo especiales que son, su población ha descendido drásticamente en las últimas décadas, entre otras cosas, porque cada vez les resulta más difícil encontrar la planta de la que se alimentan: el algodoncillo.

Pero recopilemos los datos proporcionados en estos párrafos anteriores para unificarlos en una solución que satisfaga a todas las partes:

  • Nos deleitamos al contemplarlas, lo que produce, químicamente, un estado de bienestar
  • Las mariposas son unas criaturas maravillosas y las estamos perdiendo por falta de algodoncillo

La conclusión parece simple: ¡plantemos algodoncillo cerca!

El algodoncillo, también llamado venenillo, bandera española, flor de sangre, platanillo, hierba María, mata ganado o burladora, es una planta muy fácil de cultivar que sirve de alimento a las mariposas (de hecho, es el único alimento). En este sentido, crear un jardín de mariposas es tan simple como colocar un par de estas plantas donde podamos: las mariposas se sentirán atraídas por la planta y vendrán a colocar sus huevos a ella, veremos sus larvas crecer hasta convertirse en mariposas y vuelta a empezar. Además, producen una flor muy bonita que alegrará nuestro jardín, nuestra terraza o nuestra ventana.

Ver crecer una oruga, convertirse en capullo y verla renacer en mariposa es una experiencia inolvidable, no solo para adultos/as sino también para los niños/as. Además los hace responsables, les enseña paciencia y los llena de felicidad. Si unimos el placer de estar en presencia de una oruga o mariposa con el placer de la lectura ¡explosión de bienestar!

Pregunta: Vivo en un quinto piso ¿funcionará si planto algodoncillo en la ventana? te sorprendería lo alto que pueden volar las mariposas monarca: ¡hasta 500 metros de altura! Así que puedes vivir en un piso 50 que las mariposas podrían llegar sin ningún problema.


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